Las peripecias de Juan Penas* al tramitar su pensión del IMSS.

*Nombre ficticio, historia real
Juan Penas quien hoy tiene un salario de $ 5,850.00, y cuenta con 59 años de edad, ha trabajado durante treinta y tres años en empresas de todo tipo. Ahora, cansado y enfermo, se dispone a aprovechar lo que le queda de vida.
Tiene aun trabajo pero considera que ya es hora de retirarse y ver los resultados de tantos años de esfuerzo.

Pero como persona orgullosa, decide que no vivirá de la caridad; ni de la de su familia, ni de la del gobierno.

Sabe que toda su vida estuvo contribuyendo al Seguro Social para cuando su retiro llegara, y a un año de distancia para obtener su pensión de cesantía decide ir a la subdelegación del Seguro Social para preguntar que necesita para tramitar su pensión y averiguar cuanto le toca.

Tiene aun trabajo pero considera que ya es hora de retirarse y ver los resultados de tantos años de esfuerzo.

Lleno de ilusión llegó al Seguro Social y por principio de cuentas quien primeramente le atiende le pide le indique cuantas semanas cotizadas tiene, y como Juan no lo sabe, ahí comienza su calvario, pues lo mandan a solicitar su constancia de semanas cotizadas.

Para lo cual tiene que dar tres o cuatro vueltas, pues uno de sus tantos patronos estuvo en otro estado de la república, era foráneo, y el tramite se retardó.

Ya con su certificado en la mano y sabedor de que tiene 1753 semanas cotizadas, me refiere que sin darle una explicación le preguntan porque ley se quiere pensionar

¿Si por la ley de 1973 o la de 1997?

A lo que, más por casualidad, que por conocimiento, responde que por la de 1973; Ya en ese pasó, alguien se da cuenta de que aun no cumple los 60 años, y entonces le indican que aun no es tiempo de realizar el tramite, “que regrese cuando reúna los requisitos y obviamente ya con su baja laboral”

Más a su insistencia, un bondadoso empleado, que también los hay, accede a hacerle un calculo aproximado de su pensión, ¡ Pobre Juan!, con el resultado no pudo dormir una semana, pues por más que le daba vueltas al asunto, no hallaba que iba a poder hacer cansado y viejo con una pensión de $2,717.00, cantidad que sin duda le era insuficiente para sus más apremiantes necesidades.

Con un montón de preguntas a cuestas, Juan llego conmigo, y ya entonces le explique que la pensión de cesantía no necesariamente tiene que promoverse a los sesenta años, sino que la ley dice que es a partir de los 60 años cumplidos y hasta los 64, - a los 65 ya le toca la de vejez.

- Le explique el que parte del problema de las pensiones es que se calcula no con el último salario, si no con el salario promedio de las últimas 250 semanas, es decir, los últimos cinco años trabajados, y que además el era afortunado, pues se había inscrito en el seguro y empezado a cotizar antes del primero de Julio de 1997.

Y que por ello, para su pensión le aplicaba la ley de 1973, ley que además de pedirle menos semanas cotizadas como requisito, le da de alguna forma la oportunidad de mejorar su salario promedio, y que por ello aprovechando los beneficios de la ley.

Tramitaremos su pensión hasta dentro de tres años a los 62 años de edad, pero mientras aprovecharemos la modalidad cuarenta o continuación voluntaria del régimen obligatorio para incrementar su salario en la medida que él pueda hacer una inversión.

Lo ideal sería llevar su salario promedio al máximo permitido, pero si no es posible por el monto de las cuotas que hay que pagar, por lo menos aumentarlo con lo que su presupuesto alcance.

Sin duda se tendrán que pagar cuotas obrero patronales por un mayor salario, pero haciendo cuentas sin duda valdrá mucho la pena.

!! Si te identificas con Juan, no lo pienses mucho, es tiempo de actuar, a menos que quieras pasar tus últimos años con una miserable pensión!